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Manuel Pereira 

Madrid 

Esgrima, espada

¿Por qué elegiste un deporte como la esgrima? ¿Cuántos años tenías cuando empezaste a practicarla? 

Empecé en este deporte a una edad no muy temprana, 16 casi 17 años que comencé con este bellísimo deporte que nos une. Elegí este deporte porque me pareció muy bonito, era un deporte que nunca había practicado y me llamaba mucho la atención toda su historia y todo lo que había detrás de la esgrima deportiva. Posteriormente, encontré que era un deporte muy completo. 

¿Qué aporta este deporte a quien lo practica? 

Enumerar las grandes cualidades que tiene este deporte y lo que aporta a la persona que lo practica es muy amplio. Yo destacaría el desarrollo intelectual que transmite y hace desarrollar en la persona que lo practica. 

Fuiste campeón del Mundo en el año 1989 en Denver, en una época en la que la esgrima española no tenía fuerza a nivel internacional. Y desde entonces, nadie ha superado esa gesta ¿Qué recuerdos tienes de aquel día? 

Cuando gané el Mundial en Denver en 1989, fue llegar a la cima de mi vida deportiva, de mi desarrollo personal. Fue un momento muy especial que siempre recuerdas y que compartes con mucha gente porque no llegas solo. Es algo compartido. Es un trabajo de equipo, de lucha entre personas que teníamos objetivos similares y fue una labor muy bonita y que guardo en el corazón con todos mis compañeros de aquel entonces.  

¿Cuándo veremos otro campeón del mundo español? 

La esgrima española está teniendo cada vez mejores resultados y creo que veremos pronto campeones del mundo. Hemos tenido campeones por equipos en la espada femenina, ganadores de la Copa del Mundo júnior como Yulen o Taymi, en su momento campeona de la Copa del Mundo, que yo creo que es tan importante como ser campeón del mundo, también hemos tenido medallas olímpicas, un bronce que sabe a oro como el de Pirri. Y más campeones tendremos, pero creo que más importante que ganar un Mundial es tener un grupo de deportistas en diferentes edades, diferentes categorías y en diferentes armas, y que con ellos desarrollemos una muy buena esgrima, porque ganar un Mundial es algo muy puntual, pero tener un gran desarrollo deportivo es muy importante.  

Has sido dos veces olímpico, Seúl 1988 y Barcelona 1992 ¿Qué supone para ti pertenecer al Equipo Olímpico Español? 

Pertenecer al equipo olímpico creo que es uno de los objetivos de cualquier deportista de alto nivel, de elite. Llegar a una olimpiada, representar a tu país, representar a tu familia, a tu gente, creo que es lo que todo el mundo desea. Llegar a estar en ese gran equipo olímpico que, además, compartes no solamente con tu modalidad o con tu actividad deportiva, con tu deporte, sino que compartes con otros muchos deportistas de tu país y se conforma como una gran familia que realmente es muy bonito. 

Como entrenador, llevaste al equipo nacional de espada femenina a ser campeonas del mundo en Atenas 1994. ¿Cómo fue el camino? 

Tuve la gran suerte de conformar un equipo de espada femenina, que era inexistente hasta entonces, y un equipo que consiguió grandes resultados en Campeonatos de Europa, Copas del Mundo, Mundiales. Prácticamente, las 8-10 tiradoras que fueron conformando el equipo durante el tiempo que estuve en el equipo, consiguieron estar en finales y consiguiendo medallas en los circuitos senior. Me siento muy orgulloso de aquella época, la recuerdo con muchísimo cariño. Pero también es cierto que como todos los grandes proyectos que consigues en la vida están teñidos de dureza, de dificultad, de momentos crudos...pero eso es lo que también te hace vivirlos con más intensidad y hacen que merezca la pena haberlos vivido. Fue uno de los mejores momentos de mi vida.  

Eres entrenador del equipo español de espada, un grupo de chicos con mucho talento entre los que destaca tu hijo Yulen, ¿Cómo es el día a día con este grupo? 

Actualmente trabajo con el equipo de espada masculina senior. Es un trabajo que comparto con Ángel Fernández y los dos estamos convencidos de que tenemos un gran equipo y que tienen muchos años por delante para desarrollar su mejor esgrima. Lo han demostrado tanto en cadete como en junior y en sub23, sabemos que van a llegar, de hecho, están llegando muy lejos. En el equipo también está mi hijo, que como uno más del equipo, hacen una gran piña y se apoyan completamente, tienen un gran futuro. 

¿Es bonito entrenar a tu hijo? ¿Te resulta complicado? 

Enseñar y entrenar a tu propio hijo en un deporte de alto nivel, tiene sus peculiaridades, es a la vez complicado y especial. Con los años vas entendiendo muchas de estas cuestiones y vas madurando a la par que tu propio hijo. Para mí nunca ha resultado complicado, lo he tenido bastante claro y la verdad es que me gusta. 

¿Os parecéis en la forma de tirar? 

Somos diferentes a la hora de competir y tenemos estilos, aunque parecidos, realmente diferentes. 

¿Empiezas a ser el padre de Yulen más que Yulen el hijo de Manuel? 

Eso dependerá de quien lo piense y quien lo vea, es algo muy personal. 

Tokio está cerca, quedan pocas competiciones y el preolímpico será en el mes de abril en Madrid ¿Cómo va la preparación? 

La preparación para Tokio está en marcha desde hace tiempo. Pasa por competir en los diferentes nacionales, y en la única Copa del Mundo que tenemos, en nuestro caso en Kazán. Nos va a servir como preparación, como piedra de toque, y al preolímpico que es ahora a finales de abril, creo que vamos a llegar en las mejores condiciones y lo vamos a dar todo. Es una prueba muy especial y específica, hay que dar todo en un día y confío en que lo vamos a hacer, tenemos mucha ilusión. 

¿Qué deseo pide Manuel Pereira? 

Mi deseo no puede ser otro que el que disfrutemos todos de la esgrima, este deporte que nos apasiona, durante muchos años y en las mejores condiciones posibles. Es lo que os deseo a todos y me deseo a mí mismo: pasarlo bien y a la lucha. 

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