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La gran estrella del atletismo español apareció en el Olímpico de Roma mucho antes de comenzar a competir. Su imagen acaparó las dos pantallas gigantes, pues las cámaras buscaban a la gran favorita desde el calentamiento, en el aledaño Stadio dei Marmi. Así, entre imponentes estatuas, con el sol ya desapareciendo tras la colina que cobija el Foro Itálico, pudimos ver la concentración de Ana Peleteiro ejecutando con preciso sosiego los gestos técnicos que poco después desplegaría con celeridad durante la prueba. Era el rostro de quien sabe que su viaje a la gloria es puro trámite. En eso, hacer que lo complicado parezca sencillo, es una maestra la gallega.

Comenzó el concurso, bajo la lluvia, con un brinco en el que se dejó 21.08 centímetros en la tabla y sin embargo aterrizó a 14.37 metros. Un salto de seguridad que le sirvió para colocarse primera y atender a las actuaciones de sus rivales con toda la tranquilidad que se puede tener cuando te estás jugando el primer oro al aire libre de tu exitosa trayectoria. De bajar la guardia nada. Hablar con Iván Pedroso, ponerse el chándal, aguardar el segundo intento.

Si aseguran muchos expertos que es la mejore competidora que ha vestido la remera de España Atletismo no es por casualidad. 14.46, aunque la ronda la terminara segunda porque la turca Tugba Danismaz ponía su récord nacional en 14.57. Tocaba seguir agigantándose en el tercero, y lo hizo, 14.52, tras iniciar la carrera de aproximación con una dedicatoria a su pequeña: ¡Va por ti Lúa! Mamá estaba on fire, y cuando eso sucede siempre pasan cosas bonitas.

Ya en la mejora, con las ocho más fuertes jugándose ‘las chapas’, llegó el show de Ana. 14.85, a solo dos centímetros de su récord de España, lideresa europea del año y tercera mundial. Todo esto, además, a menos de dos meses de los Juegos Olímpicos… Esto es un aviso a navegantes y no las bocinas de los barcos.

No todos los días son Navidad, y el quinto fue nulo. El sexto, ya como campeona, tras amagar un pequeño baile -puro flow- y poner a palmear a los cuatro costados del Olímpico, dio nuevas muestras de voracidad: 14.47, el tercero más largo de su concurso. Y luego sí, ya relajada, ya festejando que es ¡la nueva campeona de Europa!

Mohamed Attoui, subcampeón de 800 metros

Mohamed Attoui se hizo mayor en lo que se tarda en dar dos vueltas al óvalo. Calcando su semi de ayer, incluso esperando un poco más, a falta de 250 metros, para desplegar de manera progresiva su aniquilador cambio de ritmo. Solo el francés Gabriel Tual (1:44.87) pudo contener la revolucionaria zancada del cántabro. Finalizó en 1:45.20. Primera medalla en su primera gran final en categoría absoluta para un atleta versátil (es el actual subcampeón continental de 1500 en categoría sub23) bendecido con uno de los más electrizantes latigazos que hayamos visto en el 800 nacional.


 



 


Álvaro de Arriba festejó su tercera final europea outdoor con un cuarto puesto trabajado a fuego. Al igual que Attaoui asemejó su despliegue táctico al exhibido en la ronda previa, tomando la cabeza unos setenta metros antes del toque de campana y defendiendo la posición hasta 150 de meta. Su crono: 1:45.64. Ayer declaraba que la edad en el 800 (junto al británico Giles el único treintañero de la cita) era “algo mental” y hoy ha dejado patente que lo cree a pies juntillas.


Adrián Ben (1:46.54) no pudo progresar desde atrás como en otras ocasiones, pero su pelea obtuvo un sexto puesto y el tremendo mérito de ser el único ochocentista español en haber corrido la final de los Juegos Olímpicos, el Mundial y el Europeo. Ya declaró que le faltaba algo de reprís debido a la fase de la preparación en la que se encontraba y la fiebre que le visitó la semana pasada, así que mucho ojo con él cuando se presente a orillas de Sena con la maquinaria totalmente engrasada.


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