El Equipo Olímpico Español está compuesto por grandes deportistas, pero, sobre todo, por grandes personas. Grandes personas que tienen una historia que contar. Y en esta ocasión, desde el Comité Olímpico Español hemos tenido la oportunidad de disfrutar de un día con Roxana Popa para conocer la rutina que sigue para llegar a cumplir todos sus objetivos. 

“Roxana es un huracán, tanto para lo bueno como para lo malo. Cuando el huracán arrastra cosas buenas es maravilloso, pero cuando esta descontrolado...”, así la define su entrenadora. Ella misma reconoce que su cabezonería y su carácter fuerte son sus principales armas para conseguir lo que se proponga.  

“La gimnasia artística me aporta ese suplemento de descarga de energía diaria que necesito como persona hiper nerviosa que soy. Lo que más me engancha es la adrenalina, las sensaciones, porque lo que sientes cuando haces gimnasia no lo sientes en ningún lado”, reconoce 

“Mis aparatos más fuertes son las paralelas, el suelo y el salto, pero por mis lesiones, el que más disfruto ahora son las paralelas”, nos confiesa Roxana. “A finales de 2014 tuve una lesión de ligamentos y meniscos que me apartó por completo tanto de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro como de la gimnasia durante tres años. Luego, de rebote conseguí clasificarme con el equipo para el mundial de 2019 y llegué a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde fui finalista”, cuenta la deportista reconfortada. 

“Mi día a día suele ser: levantarme para llegar justo al entrenamiento, porque me gusta dormir. Normalmente entreno por las mañanas y cuando salgo de entrenar me voy a casa y paso la tarde estudiando”, explica la gimnasta. 

Además de en la gimnasia, actualmente, Roxana está centrada en estudiar. “No es una afición, pero cuando estudias lo que realmente te gusta, que en mi caso es el ámbito de la veterinaria, me puedo pegar horas y horas en la silla con los libros”. Además, confiesa que le encanta escaparse al mar y pasar tiempo con su familia.