Skip to content

NOTICIAS

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en whatsapp
Compartir en telegram
Compartir en email

Astou Ndour (Dakar, Senegal, 22-08-1994) vive en una fiesta eterna, embriagada de felicidad por ostentar la joya más preciada del baloncesto. Han pasado ya tres días desde que sus Chicago Sky se enfundaran el anillo de la WNBA contra las Phoenix Mercury de Diana Taurasi, pero ella atiende a MD ataviada aún con su sudadera de campeonas. Tercera española en ganar la WNBA tras Amaya Valdemoro y Anna Cruz, lo suyo ha sido un brinco a la deseada riqueza desde la más absoluta pobreza. Así lo explica en la entrevista realizada por Mundo Deportivo.

Su primer título de la WNBA y ganando en la final al equipo de la mejor jugadora de todos los tiempos, Diana Taurasi. ¿Cómo se siente?

Estoy súper contenta de mí misma, de todo el cuerpo técnico y de mis compañeras. Estos días han sido increíbles, no hemos parado con las celebraciones. No sabemos si lo volveremos a vivir, así que tenemos que disfrutar este momento al máximo.

Es el primer título de las Chicago Sky, y, además, la ciudad no celebraba un anillo desde 1998, cuando los Chicago Bulls lo ganaron con Michael Jordan. ¿Qué ambiente hay? 

La gente está muy contenta, nos paran por la calle para felicitarnos, es una locura, nunca pensé que podía vivir esto. Además, Barack Obama nos dio una sorpresa porque hizo un Zoom con nosotras. Son tantas emociones en tan poco tiempo que no sabes qué hacer ni qué decir. Lo único que podemos que hacer ahora es disfrutar. 

¿Cuál es su receta para alcanzar este éxito?

No parar de trabajar. Desde los Juegos Olímpicos de Río no he parado, encadeno selección, luego WNBA y después vuelvo a mi equipo en Europa. No he tenido descanso desde entonces, pero esto lo hago por pasión, es un lujazo hacer lo que te gusta y, encima, ganar dinero. También he sabido superar malos momentos como las lesiones de rodilla. La clave es siempre seguir trabajando, no tirar nunca la toalla. Siempre hay que seguir. 

Llegó a Gran Canaria con 14 años desde el Senegal en busca de una oportunidad en el baloncesto, quitándose el hambre a bofetones, por debajo de su peso y con anemia. Si compara ese momento con el actual, ¿qué se le viene a la cabeza? 

Ya no digo en el mundo del baloncesto, sino en el mundo del deporte, puedes empezar desde 0. Pero si vas subiendo paso a paso, si sabes realmente quién eres y lo que quieres y valoras cada momento, puedes llegar muy lejos. También he estado rodeada de gente fantástica que sabía que podía triunfar y ha creído en mi desde el primer día, apoyándome en los buenos y en los malos momentos. Ahora te acuerdas de esas personas, sobre todo de Begoña y Domingo. 

Begoña Santana y Domingo Díaz fueron los entrenadores del CB Islas Canarias que, además de pulirle como jugadora a su llegada a España, le acogieron en su casa. 

Son como mis padres y me han dicho después de lograr esto que están muy orgullosos de mí. También me acuerdo de los entrenadores que tuve cuando empecé a competir en Dakar con el Club Jaaraf, Pape Coulibaly, Mar Boye y otro entrenador que murió y en quien también he pensado.

¿Cómo recuerda su primera toma de contacto con el baloncesto en su país de origen? 

(Risas) Íbamos siempre a jugar a las cinco de la tarde con los amigos a un parque con una pista de cemento. Tenía 7-8 años. Recuerdo que el primer día hacía mucho viento y me tocó lanzar un tiro libre. Como hacía viento y no conocía las reglas decidí esperar a que aflojara para tirar y la gente me decía que tenía que lanzar ya (risas). Jugaba con zapatillas rotas y me sangraba el pie. 

¿Qué tal el impacto de su anillo en Senegal?

La gente no para de enviarme mensajes de felicitación, tengo el móvil saturado (risas). Están orgullosos de que una chica de Senegal haya ganado la WNBA. También se volvieron locos (risas). 

Le siguen teniendo muy presente allí con su fundación solidaria. No olvida sus orígenes...

Hago todo lo que puedo para ayudar a la gente que lo necesita. Intento que los niños puedan ir a la escuela, jueguen a baloncesto y tengan mejores condiciones de vida. También ayudamos a la gente que no tiene capacidad económica para pagarse medicinas u operaciones. Ayudamos en Dakar y también en otros puntos de Senegal, pero ahora, cuando tenga un poco más de tiempo, me gustaría expandir la labor de la Fundación a más sitios de Senegal, a España y a otros países. 

Lucha contra la pobreza pero también ha alzado la voz contra el racismo, el cual sufrió de pequeña. 

Me insultaban cuando llegué a España pero, como aún no conocía el idioma, no me enteraba y no me afectaba. Pero el año pasado me indignó la muerte de George Floyd y por eso me puse la camiseta de "I Can't Breathe" ("No puedo respirar", la última frase de Floyd antes de morir). 

Pasó hambre, jugó con zapatillas rotas, sufrió insultos racistas... ¿Cree que sin todas esas dificultades no habría llegado hasta donde lo ha hecho? 

Sí, hay momentos que, si no te matan, te hacen más fuerte. Me han hecho ser más madura y superarlos me ha hecho seguir trabajando para alcanzar mis sueños. 

Hablemos de su evolución como jugadora. Su mejor rendimiento lo ha alcanzado con James Wade en el banquillo. ¿Qué le aporta para que haya sido así? 

Ya hecho cuatro temporadas con él. Le conocí en 2014 en San Antonio, donde él era ayudante. Tuvimos mucho 'feeling' desde el primer día porque él hablaba francés, nos empezamos a comunicar y surgió la química, él me entendía dentro y fuera de la pista. Sabe lo que puedo dar y hacer y por eso he tenido esta chispa. 

¿Qué le pide en la pista?

Me dice sobre todo que aproveche mi envergadura en defensa y mis brazos largos, que corra cuando pueda hacerlo y que, cuando tenga tiro abierto, que no tenga miedo. 

¿Ha tenido que mejorar algún aspecto de su juego para alcanzar la cima?

Sí, he mejorado en defensa. Otros entrenadores ya me dijeron que tenía que mejorar en esa faceta, sobre todo, en el 'timing'. 

Siempre ha sido muy delgada y atlética (mide 1,96 y su peso está entorno los 70 kilos), pero, ¿le han sugerido ganar masa muscular para abarcar más en defensa?

Ojalá pudiera ganar peso (risas). Pero no lo he hecho porque seguramente me quitaría rapidez. Lo que tenía que mejorar era cuestión de movilidad. Cuando te enfrentas a pívots con más masa muscular tienes que aprovechar tu rapidez. 

Asumió un rol más secundario en la final porque Wade optó por poner una pívot más corpulenta como Stephanie Dolson para frenar a Brittney Griner, aunque durante la temporada regular ha sido muy importante con esos 6,6 puntos y 5 rebotes de promedio. 

Jugó más Dolson porque tiene más envergadura que yo y ha hecho un gran 'play-off', hemos sabido parar a Griner. Pero eso es precisamente una de las claves de nuestro éxito, que tenemos jugadoras para todos los momentos específicos y lo aprovechamos. Wade nos dice que todas somos importantes y así es. A la vuelta de los Juegos nos costó más conjuntarnos tras haber estado un tiempo separadas, pero en este tramo final ya jugábamos de memoria. 

¿Cómo valora la evolución del impacto mediático de la WNBA?

Está siendo muy positiva. Cada vez viene más gente, antes decían que la liga era muy aburrida y están viendo que no es así, que las chicas también estamos dando 'show'. Creo que no seremos la generación que más lo aprovechemos, nosotras somos las que estamos luchando para que la generación que venga lo disfrute.

¿Cómo se presenta su siguiente temporada en la WNBA?

Seré agente libre, pero quiero seguir en Chicago.

Y, ahora, la temporada europea. Este año ha fichado por el campeón de la liga italiana, el Reyer Venezia, que también compite en la Euroliga. ¿Ganar la máxima competición continental es otro reto que le motiva?

Claro que me gustaría ganarla, pero hay que ir paso a paso, si tenemos opción de llegar lejos en la Euroliga lo haremos y yo estaré ahí, dándolo todo. 

Otro año más sin vacaciones. No sé cansa de compaginar WNBA con Europa.

Lo hago por pasión, si fuera por dinero me quedaría en Europa porque en la WNBA no pagan como tienen que pagar. De hecho, las americanas prefieren jugar antes en Europa que en Estados Unidos. Pero habrá algún momento que pare, porque el cuerpo necesita descanso. 

Amaya Valdemoro y Anna Cruz son las otras dos españolas que han ganado el anillo. ¿Ha hablado con ellas?

Sí. Me felicitaron tras la final y me dijeron que esto había que disfrutarlo. Crecí con Pau Gasol y Michael Jordan como referentes pero era un privilegio ver a Amaya a cuando venía a Gran Canaria a jugar con el Ros Casares y ha sido un lujo tener a Anna de compañera en la selección. También ha sido un lujo ganar un título con Candance Parker, le admiraba de pequeña viéndole jugar. Es increíble.

Usted es también una fija en la selección española. Anna Cruz y Marta Xargay acusaron a Lucas Mondelo de maltrato psicológico y luego él les ha denunciado por calumnias. ¿Qué opina de todo esto? 

Yo no me enteré de nada. Me limito a hacer mi trabajo y a disfrutar del trabajo y de mis compañeras. Como siempre me incorporo tarde, no sé si ha pasado o no. Con las compañeras siempre he tenido buen trato y con Lucas Mondelo también, me ha felicitado por el anillo. 

FOTOS RELACIONADAS

PATROCINADORES

0